Iván Ferreiro es hijo gallego del buen hacer musical, pero se ha atrevido a titular su próxima publicación Confesiones de un artista de mierda. Muy humilde por su parte, teniendo en cuenta que su voz en directo suena a fonografía fina, exacta y limpia.
El acústico de anoche en la sala Matisse de Valencia hizo correr el vino y la espontaneidad del artista. Cualquiera podría haberse sumado bebiendo el tinto que él disfrutaba en copa grande, tal y como compartió su repaso musical. Desde los tiempos de (Los) Piratas hasta el segundo en que estaba sentado frente al teclado y el atril, lleno de partituras con revisiones y arreglos, o directamente con notas por estrenar.
Resultó ser un directo completo y continuo, con la única colaboración al finalizar de su hermano Amaro Ferreiro a la guitarra. Sin embargo, se echó de menos un final donde cerrara el telón. Fue un último momento ligero y rápido, en el que, seguramente, cada uno de los asistentes quiso su tema pero no lo tuvo. ¿Qué fue de 'Magia', por ejemplo?
Iván Ferreiro podría definirse como el señor de los contrastes sinceros y bien enlazados: quien susurra y se enfurece como un monstruo en una misma canción, quien titula a uno de sus álbumes Mentiroso, metiroso, pero abre el mismo con 'Toda la verdad'; quien se reinventa dentro de la crisis de la industria musical, pero no renuncia a la nostalgia de sus temas en colectivo.
Con lleno abosluto, hoy repite espectáculo en la misma sala. Confesiones de un artista de mierda saldrá a la venta el 18 de octubre, de forma limitada y compuesto por un CD recopilatorio y un DVD de un acústico especialmente grabado para el estreno.
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